A última hora de la tarde y con una tormenta encima, llegamos a la cascada del molino de San Pedro, en Sierra de Albarracin. Las posibilidades del lugar, encuadres y demás daban juego para estar allí varias horas. Sin embargo nos lo dejamos a medias cuando empezó a llover.
Una larga exposición para dejar el efecto seda en el agua, contribuye a transmitir una sensación de tranquilidad y sosiego, algo muy diferente en aquel momento con la tormenta que se acercaba.
Imagen obtenida con trípode, filtro degradado neutro de 3 pasos, filtro de densidad neutra de 10 pasos, F8 de apertura, ISO 100 y 89″ de exposición con 17mm de focal.
Cuantas vivencias me trae este lugar, la infinidad de parejas qué he fotografiado bajo sus aguas.
saludos Raúl.
Lastima de la tormenta, el cielo azul creo que hubiera sido mucho mejor… Pero aun así esta genial, me transmite la paz que me transmitió la descripción de Rivendel cuando leí por primera vez El Señor de los Anillos… 🙂
Muy buena toma, y precioso lugar que apunto para futuras visitas